Separarse de un enfermo mental

Separarse de un enfermo mental es posible, pero las especiales necesidades de las enfermedades mentales hace que se deba de efectuar con las debidas garantías.

Separarme de un enfermo mental

Tal y como describe la propia palabra. Quien sufre un problema de salud mental hasta el punto de ser enfermedad, no controla sus actos, sino que en mayor o menor medida, su comportamiento está condicionado por la propia enfermedad.

Convivir y compartir una relación de pareja o matrimonio con una persona que padece una enfermedad mental no es fácil y la separación puede tampoco serlo.

En lo que se refiere a la tramitación, en los casos en los que uno de los cónyuges tenga un problema de salud mental, habrá que analizar hasta qué punto le afecta para decidir su divorcio y la regulación, pues de pensar que le condiciona, no será posible la tramitación ordinaria y habrá que dar traslado al Ministerio Fiscal.

Las enfermedades de salud mental son muy crueles, pueden ser devastadoras, pero por encima de todo tenemos que portarnos bien con nosotros mismos y con los demás.

Se podrá tramitar un divorcio cuando una de los esposos padece una enfermedad de salud mental siempre y cuando no sea impeditiva o sea incapacitante. El matrimonio igual que el divorcio es un derecho personalísimo y es por ello que debe de ejercerse desde la libertad.

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